domingo, 2 de octubre de 2016

Selección de Riesgos I: Consideraciones generales


Selección de Riesgos I:
Consideraciones generales
Tablas de Mortalidad

El objetivo de un seguro de vida es resarcir la pérdida económica que sufra el beneficiario si el asegurado muere. Este es un principio básico, al que llamamos interés asegurable, que de no cumplirse se negaría la póliza. Existe interés asegurable siempre que el beneficiario sufra una pérdida económica, independientemente de que exista o no relación familiar con el asegurado.

Para que un riesgo sea asegurable se deben cumplir los siguientes requisitos:

La pérdida debe estar sujeta al azar. Si bien sabemos que la muerte es un evento que necesariamente ocurrirá, no debe haber indicios de que ocurrirá antes que en los sujetos promedio de la misma edad y si los hay, deben ser declarados en la solicitud a fin de que el riesgo sea valorado.

La pérdida debe ser definitiva, es decir, para que se cubra la indemnización debe comprobarse que la pérdida ya ocurrió y que el asegurado o el beneficiario no tendrán forma de recuperar la pérdida económica que la contingencia determinó.

La pérdida debe ser significativa. En  los seguros de daños,  gastos médicos incluidos, existe un deducible y su objetivo es, además de que el riesgo es compartido por asegurado y asegurador, evitar cubrir pérdidas pequeñas cuyo costo de administración sería elevado, lo que incrementaría de manera muy notable el costo de la prima.

El riesgo debe ser medible, es decir, antes de adquirir el compromiso de cubrirlo se debe conocer la probabilidad de que el siniestro ocurra y cuál sería su costo. Aunque el riesgo no parezca grande, si carecemos de información suficiente para medirlo, no debe ser aceptado.

De presentarse el siniestro, la pérdida no debe ser catastrófica, es decir, la compañía aseguradora que lo cubre debe tener los suficientes recursos para enfrentarlo y que en caso de que la siniestralidad lo llegara a rebasar, el asegurador tenga los apoyos necesarios que le permitan enfrentar los compromisos sin caer en un estado de quiebra financiera. Para este fin existen regulaciones legales que limitan a las compañías de seguros a una suma máxima que pueden ofrecer y si el asegurado necesita de una suma mayor, al asegurador (que llamaremos ‘la compañía directa’) deberá ceder la suma excedente a compañías con mayor fortaleza financiera procedimiento que se conoce como reaseguro, de lo cual hablaremos en otro momento con mayor detalle. Por ahora solo diremos que la ‘compañía directa’ puede otorgar a su cliente la suma asegurada que le soliciten y que sea justificable de acuerdo sus políticas, pero el monto excedente al que tiene autorizado lo deberá ceder a otra compañía que se dedique al reaseguro, compartiendo desde luego, parte de la prima que reciba. Todo el trámite lo asume la ‘compañía directa’ y también es la responsable única ante el asegurado de cubrir el siniestro si se llegara a presentar. En casos de sumas muy elevadas el reasegurador también comparte parte de la suma en riesgo con otro reasegurador. Todo esto con el fin de que si ocurriera un evento catastrófico no haya quiebras financieras y se garantice así el pago de siniestros.


Un aspecto muy importante en la emisión de cualquier tipo de seguro es evitar la especulación. En seguros entendemos por especulación el intentar obtener una compensación económica mayor a la pérdida sufrida.
Ya dijimos que en el seguro de vida el objetivo es resarcir la pérdida económica que sufra el beneficiario sin el asegurado fallece y la compensación debe ser proporcional a la pérdida, de ahí que la suma asegurada se establezca en función del ingreso del asegurado. En sentido estricto entendemos por ingreso el que obtenga de su trabajo. El ingreso obtenido como producto de rentas, regalías o inversiones no desaparece en buena parte con la muerte del asegurado, de ahí que en ese caso dicho ingreso solo se cuente parcialmente al calcular suma asegurada. En otro capítulo hablaremos con más detalle de este tema.

Selección de Riesgos:

La selección de riesgos es el proceso en el que se establece la probabilidad de que ocurra un siniestro en la persona a asegurar comparado con el que tiene la población general. Por ejemplo, la probabilidad de muerte en la población general mexicana, a edad 40 -sin antecedentes desfavorables (médicos, ocupacionales o riesgos por deportes o entretenimiento)- en un año, es de 2.12423/1,000. Para simplificar, en los ejemplos utilizaremos la cifra de 2/1,000 o 0.002. Si la mortalidad observada al cabo de un año es igual a la mortalidad esperada se dice que la mortalidad fue del 100%. Si fuera por ejemplo de 0.0015 -tasa de 1.5 por 1,000- se dice que la mortalidad en ese grupo resultó de 75% (son los riesgos preferentes) y si fuera de 0.003 o 0.004, se dice que la mortalidad es de 150% y 200% respectivamente, comparada con la población general (son los riesgos subnormales).

Cuando la mortalidad esperada en una persona que solicita seguro de vida es igual al promedio, se dice que es un riesgo normal o estándar (mortalidad 100%). Si se espera una mortalidad mayor al promedio para su grupo de edad, por sufrir o haber sufrido ciertas enfermedades, hablamos de mortalidad de 125% (Tabla A), 150% (Tabla B), 175% (Tabla C), 200% tabla D (200%) y así sucesivamente. Por cada 25 puntos porcentuales que incremente la probabilidad de muerte se avanza una letra del abecedario: Tabla E (225%), Tabla F (250%), Tabla H (300%), etc. Los casos que se clasifican como Tabla A con frecuencia son aceptados a tarifa normal por razones comerciales. En teoría se podría asegurar un riesgo, por alto que sea, pero riesgos muy altos se vuelve impráctico asegurarlos por lo que en general si son mayores de 400% (Tabla L) o 500% (Tabla P) son rechazados ya que la extraprima resultaría muy elevada.


                                    http://www.revista-actuario.com/weff/sites/default/files/Tablas%20de%20Mortalidad%20Mexicanas_2.pdf

Para simplificar, en la tabla anterior consideramos los rangos de edad por quinquenios. La tabla original incluye individuos de 1 a 100 años de edad y se establece la mortalidad en cada año de vida. Tampoco se dividió por género, la mujer tiene una esperanza de vida 3-5 años más que el varón. La tasa de mortalidad en la mujer en cada año de vida es significativamente menor a la del hombre, llegando a ser similar hasta más o menos los 70 años de edad. Como se menciona en la tabla, qx se refiere a la tasa de defunciones esperadas en el curso de un año a edad x. Si usamos el ejemplo de 40, según vemos en la tabla anterior, se espera que en un año la tasa de defunciones sea de 2.12423 por 1,000 individuos con riesgo normal (equivale 3 defunciones por cada 1,412 individuos)
Ya decíamos que cuando hablamos de mortalidad 150, 200 o 300%, por ejemplo, lo que decimos es que el número de defunciones esperada, comparada con riesgos normales, se aumenta en ese valor porcentual.


                              
                                       Fig. 1 Datos Tomados de la Tabla de Mortalidad mexicana 2008

Entonces, si en un riesgo normal de edad 40 el valor de qx es de 2.12423, en un riesgo subnormal con mortalidad esperada de 150, 200 o 300%, lo que decimos es que esperamos qx de 3.18634, 4.24846 o 6.37269 (2.12423 multiplicado por 1.5, 2 o 3 respectivamente). El qx de casos normales aumenta con la edad, en la misma proporción aumentan los siniestros de los casos subnormales: a edad 50 qx es de 4.82204, por tanto, las defunciones esperadas con mortalidad 150, 200 y 300% sería respectivamente de 7.23306, 9.64408 y 14.466.12/1,000/año respectivamente (Fig. 2).



Lo anterior aplica en la mayoría de riesgos causados por enfermedad -y ya vimos que la mortalidad de cada uno de esos riesgos se incrementa cada año en la misma proporción en que aumenta la mortalidad en función de la edad-, pero hay riesgos en que la mortalidad, es independiente de la edad. Por ejemplo, el riesgo de morir en un accidente de motocicleta, por una ocupación o actividad de riesgo, o ciertas enfermedades, como cáncer, no cambia mucho si el asegurado tiene, digamos, 20 o 50 años de 
edad, en cuyo caso se aplican una extraprima conocida como extraprima plana o nivelada. En estos casos se expresa la mortalidad no porcentualmente sino en número de defunciones adicionales a las de la población general por cada 1,000 individuos. En la Fig. 3 se pone el ejemplo de extramortalidad de 2/1,000. En ellos la extraprima es de 2 pesos, dólares, UDIs, etc. por cada 1,000 de suma asegurada.
Entre las personas que utilizan motocicleta como medio de transporte, se observa 2 defunciones por año adicionales a las de la población general -los repartidores de pizza y de otros tipos de producto tienen un riesgo aún mayor-, independientemente de la edad, entonces, a edad 20 se espera qx de 2.69262, en lugar de 0.69262 y a edad 50 se espera qx de 6.82204, en lugar de 4.82204 que sería el esperado para la población general. Nótese que el incremento de qx a edad 20 es del 388% y a edad 50 es de 42%.

En el siguiente capítulo veremos de qué manera afecta a la prima una mortalidad mayor al promedio.

Dr. Roberto García Gómez

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